3 de agosto de 2009

Guía para el ahorro en el riego.

Ideas previas.

En primer lugar antes que nada conviene saber que en las condiciones climáticas y en la situación geográfica en la que se encuentra nuestra urbanización resulta prácticamente imposible mantener una pradera al estilo inglés o cantábrico.
Intentarlo no solamente nos va a suponer un altísimo coste económico de establecimiento y mantenimiento, sino que también nos producirá una gran frustración porque tarde o temprano es muy probable que se eche a perder nuestro vergel que tanto nos costó conseguir.
Por lo tanto aconsejo ser un tanto conformista y tratar de mantener un césped algo menos vistoso, pero más cómodo y económico, además de tratar de reducir lo máximo posible las áreas de césped en beneficio de otro tipo de jardín menos exigente.

Aunque quiero que esto sea una guía didáctica y pretendo huir en lo posible de tecnicismos que no suelen ayudar a la comprensión de los temas, creo conveniente apuntar y aclarar un concepto muy importante y sencillo cuando hablamos de un cultivo, en nuestro caso, el césped: la evapotranspiración.

Se define la evapotranspiración (ET) como la pérdida de humedad de una superficie (el suelo y la cubiera vegetal) por evaporación directa junto con la pérdida de agua por transpiración de la vegetación.
La evaporación es el fenómeno físico en el que el agua pasa de líquido a vapor.
La transpiración es el fenómeno biológico por el que las plantas pierden agua a la atmósfera. Éstas toman el agua del suelo a través de sus raíces, aprovechan una pequeña parte para su crecimiento y el resto lo transpiran.
Los factores que influyen en la evapotranspiración son basicamente tres: climatológicos, tipo de cultivo y tipo de suelo.
Existen diferentes tipos de ET, como la ETP, la ETr, ETo pero para nosotros no tiene ningún sentido profundizar más en el tema, simplemente apuntar que generalmente se suele utilizar la ETP, evapotranspiración potencial.

Calculo sencillo de la Evapotranspiración.

Los cálculos se realizarán siempre para la situación más desfavorable, esto es, para el mes de máximo consumo, que suele coincidir con Julio. Como orientación, la ETP en la provincia de Madrid y en el mes de Julio es de unos 160 mm/mes (160 l/m2 y mes), equivalentes a 5,16 mm y día (5,16 l/m2 y día).
Nota: aunque las temperaturas en verano en nuestra zona no son tan extremas como en Madrid, la tasa de evapotranspiración se puede considerar equivalente puesto que el viento es un factor multiplicador, y ya sabemos que otra cosa no tendremos, pero viento nos sobra en Las Jarillas.

Esta ETP/día habrá que aumentarla de un 10-15%, en concepto de eficiencia de riego, que para el riego por aspersión se sitúa en el 85-90%. Siguiendo el ejemplo propuesto y considerando una eficiencia del 87%, la ETP corregida será

ETP= 5,16 x (100/87)= 5,93 mm = 6 mm /día o 6 litros/m2 y día.
Se aplicará un coeficiente de cultivo (Kc) para cada tipo de planta, en el caso del césped, este coeficiente es el máximo (1.0), es decir que es el cultivo con mayor potencial de evapotranspiración o lo que es lo mismo, el cultivo con peor eficiencia teórica en cuanto a la utilización del agua.

Dicho coeficiente específica las necesidades de agua de determinadas plantas en relación con el césped, y puede obtenerse en el cuadro siguiente:
Por lo tanto todo queda igual ya que 6 l/m2 x 1.0= 6 l/m2.
Como vemos en el cuadro, el césped es el cultivo con coeficiente más alto, por lo tanto es el que tiene mayor exigencia en aporte de agua.


Si no tuvieramos los datos de ETP de nuestra zona, también se puede obtener la ETP aproximada a partir de cuadro adjunto, en el cual se relacionan el clima la temperatura y la humedad relativa.
En nuestro caso estaríamos en un clima Moderado/Humedo.

Cálculo del Consumo de agua y coste económico.
El conocimiento de este dato permitirá conocer el volumen de agua mensual consumida y, por tanto, su costo; para lo cual, hay que recordar que:
1 mm de agua = 1 l/m2 = 10 m3 /ha

Ejemplo: Calcular el coste de agua de un jardín tipo en Las Jarillas de 400 m2 de césped, con unas necesidades diarias (ND) = 6 mm.
Notas:
Precio actual del m3 de agua en Las Jarillas: 0,70 €
Consumo referido al mes de Julio (mes más desfavorable para el cultivo).
Cada cual puede realizar su cálculo simplemente cambiando los m2 que tenga.
400 m2 X 6 l/m2 X 31 días = 74.400 l/mes = 75 m3/mes.
Coste: 75 m3 X 0,70 €/m3 = 52.5 €/mes.

Factores a tener en cuenta.
Para el ahorro de agua se puede actuar sobre distintos factores:
1. Factor climático
2. Factor botánico
3. Factor edáfico
4. Factor técnico de riego
1. Factor climático.
Las condiciones climáticas que tenemos en nuestra urbanización son prácticamente las peores para el desarrollo y mantenimiento de un buen césped a bajo coste.
Los inviernos son extremadamente fríos con períodos muy prolongados de heladas con temperaturas extremas y numerosas precipitaciones de nieve, todo ello tiende a favorecer la formación de costra superficial en el suelo.
Los veranos son benignos en cuanto a temperaturas, si lo comparamos con otras zonas de la meseta; raramente se alcanzan altas temperaturas, pero sin embargo existe un factor muy negativo: el viento, prácticamente constante en nuestra urbanización por su situación elevada, lo que hace que se incremente drásticamente la tasa de evapotranspiración de cualquier cultivo que establezcamos.
Por otro lado, nuestro clima es continental seco, y la humedad relativa del aire es baja, no como en las zonas costeras, por lo que la baja presión de vapor de la atmósfera hace que ésta extraiga gran cantidad de agua de las plantas y del suelo, otro punto negativo.
Sobre el clima, evidentemente no podemos actuar así que la única defensa que podemos utilizar es la instalación de cortavientos naturales mediante la plantación de setos en el perímetro de nuestra parcela, esto sería prácticamente obligado en nuestra situación.
Deberemos utilizar setos de las muchas variedades que existen, en particular de los géneros Chamaecyparis y Cupressocyparis. En ningún caso aconsejo utilizar especies trepadoras como hiedras (Hedera spp.), madreselvas (Lonicera spp.), jazmines (Jasminum spp.) etc., ya que el mallado que tenemos, salvo en el frente de calle, es bastante débil, y las trepadoras una vez que cubran y sean azotadas por el viento harán un efecto vela que nuestras vallas no soportarán, ya hay antecedentes. Ocurrirá lo mismo en el caso de utilizar cañizo trenzado a la valla. Por lo tanto solamente se aconsejan setos naturales o muro de piedra.
2. Factor botánico.
Como premisa como ya hemos dicho habría que recomendar sustituir en parte en nuestra parcela la extensión de pradera por otro tipo de cultivo, pero si no estamos dispuestos a reducir la extensión de césped, o ya lo hemos hecho, podemos actuar en la elección varietal.A la hora de comprar en un centro de jardinería las semillas de césped, generalmente en cajas o bolsas, deberemos poner nuestra atención en su composición.
El césped no es más que una mezcla de variedades de gramíneas como ray-grass, festuca, poa, gramas, etc.
El ray grass, con sus diferentes subespecies, es el que requiere mayores necesidades hídricas , por lo tanto a la hora de elegir el tipo de césped, tanto para su primer establecimiento como para resiembra, deberemos buscar un tipo con un porcentaje de ray-grass entre un 15-20% máximo, a partir de esa cifra ya deberemos aceptar que tendremos un césped “tragón”.
En el lado opuesto estarían gramas y festucas aunque hay que decir que en el caso de la grama no tiene tan buena apariencia como el ray-grass inglés.
De hecho la grama es considerada una mala hierba, indeseable en campos deportivos y jardines ornametales, pero en nuestro caso será un buen aliado por su capacidad de expansión y su bajo coste hídrico.
Otro aliado será el trébol (Trifolium spp.), en sus distintas variedades, en este caso hablamos de una leguminosa, con una gran capacidad de multiplicación, poca demanda de agua y que tiene una particularidad importantísima desde el punto de vista agronómico: actuan en simbiosis con bacterias del género Rhizobium fijando el nitrógeno atmosférico en el suelo, es decir es un generador natural de fertilizante nitrogenado.
3. Factor edáfico.
Por edáfico entendemos el tipo de suelo y su laboreo.
No podemos hablar de un tipo de suelo genérico en las Jarillas, ya que, aunque todos estamos sobre el mismo monte y por tanto el mismo suelo, en algunos chalets se mantiene el sustrato original subyacente, en otros hay gran cantidad de restos de obra, en otros casos se ha allanado la parecela con volquetes de arena de diferentes procedencias y en otros se han realizado labores de jardinería con enmiendas orgánicas.
Partimos de un suelo original franco-arenoso rico en sílice que proviene de la erosión del bloque de granito del piedemonte norte de la Sierra de Guadarrama que ha tenido lugar desde el período Terciario, hace 60 millones de años hasta nuestros días.
Hay dos conceptos que debemos tener presentes a la hora de hablar de un suelo, la porosidad y la permeabilidad.Mediante la porosidad conseguimos tener un suelo ligero, aireado, donde las raíces de las plantas puedan realizar los intercambios gaseosos imprescindibles para su desarrollo, la falta de esta porosidad será muy negativa y el césped se secará.
La permeabilidad es también imprescindible ya que si un suelo no drena lo suficiente y seguimos aportando agua, ésta se acumulará en la zona radicular produciéndose la asfixia de sus raíces. Esta es la causa más probable cuando vemos amarillear un césped completo o alguna zona de éste.
La formación de la costra superficial es el síntoma más claro de un suelo enfermo y será el punto de partida indefectible de la marchitez del césped si no lo tratamos a tiempo, ya que perderá tanto la porosidad como la permeabilidad.
La costra se formará de manera natural en nuestra pradera, por el propio cultivo.La constante alternancia hidratación-desecación después de cada riego va cementando poco a poco la superficie, además que determinadas condiciones climáticas acentúen el efecto, y por supuesto hay que añadir un factor artificial: el pisoteo.
En primer lugar, la labor más importante que debemos realizar es el escarificado, o lo que es lo mismo romper la costra superficial y abrir el suelo, ojo, no tiene nada que ver con una labor de arado, en el escarificado no se voltea el suelo, simplemente se raja.

Sería recomendable realizar dos escarificados al año: el primero en otoño, una vez que terminamos los riegos. Este escarificado tiene el objetivo de quitar malas hierbas, romper la costra y abrir el suelo para que las aguas de lluvia otoñal e invernal puedan infiltrarse mejor en el subsuelo. Además sería conveniente aprovechar el escarificado para realizar una enmienda orgánica con mantillo para que se mezcle mejor con el suelo ya establecido y así ir mejorando con cada aporte la composición.
El segundo escarificado sería conveniente realizarlo en primavera, y en este caso, aparte de aprovecharlo para realizar otra enmienda orgánica deberíamos realizar una resiembra, y aquí podríamos comenzar a introducir variedades de césped con menores necesidades de agua como hemos comentado en el apartado anterior.

El escarificado es sin duda la medida que mayor ahorro de agua nos supondrá ya que un suelo sano se desarrollará perfectamente incluso pasando un poco de sed, sin embargo un suelo enfermo, pese a que lo reguemos muy generosamente puede morir; de hecho si el suelo tiene una costra importante, cuanto más agua le aportemos más se asfixiará. Si además los escarificados lo combinamos con la mejora de la composición del suelo mediante enmiendas orgánicas tendremos un césped muy estable.
En cuanto a la siega hay que tener en cuenta que un corte largo aumenta el consumo de agua ya que a mayor superficie foliar, mayores perdidas por evapotranspiración, sin embargo ayudamos al césped a potenciar sus raíces.
Por el contrario, cortes más rasos conllevan ahorro de agua, pero sometemos al césped a un gran estrés por pédidas de reservas además de que las raíces no se harán tan fuertes.
Se recomienda una estrategia con siegas más frecuentes dejando una altura medio-alta (4-5 cms)
Por cierto, es importantísimo mantener en perfecto estado las cuchillas de la segadora.
4. Factor técnico de riego
Lo primero a la hora de diseñar un sistema de riego es obviamente tener diseñado el jardín, así podremos calcular cuantas lineas de riego y cuantos difusores por linea deberemos establecer, para ello es necesario conocer la presión que tenemos en la toma de agua. Es un tema algo complejo en el que no vamos a entrar, siempre es más aconsejable recurrir a profesionales.

Partimos de que ya tenemos establecido el sistema de riego, programador, estaciones (válvulas), lineas y difusores/turbinas.
Nota: La diferencia principal entre turbinas y difusores es su radio de alcance y su diámetro de gota. Como norma general se recomiendan turbinas allí donde tengamos superficies de alcance de más de 5 metros y difusores para menos de 5 metros. Los difusores tienen un diámetro de gota muy pequeño, practicamente se pueden considerar nebulizadores, mientras que las turbinas tendrán mayor o menor diámetro según regulemos su radio de alcance.

Ahora bien, tenemos que hablar de nuevo del viento que reina en nuestra urbanización, así he podido comprobar varias veces como el riego mediante difusores de un vecino dos chalets más arriba, llega hasta mi jardín siempre que viene el viento a favor, por lo que hay una gran pérdida de agua por evaporación. Y yo mismamente que también tengo alguna fase con difusores he visto como en días muy ventosos prácticamente la mitad del agua se la lleva el aire.
En este momento deberemos observar como funciona nuestro sistema, actuando sobre dos parámetros: el arco o ángulo de cobertura y el radio de alcance, su regulación siempre viene indicada en las instrucciones del fabricante de los difusores o turbinas.
Con esta regulación debemos buscar un objetivo: que el riego alcance todo el área que deseamos regar, buscando lo que se conoce como solapamiento efectivo.

Hay que indicar que el solapamiento es necesario y obligado pero que un sobresolapamiento excesivo también es negativo ya que esas zonas recibirán más agua de la necesaria y por tanto gastaremos más.
Una vez que tenemos regulados y ajustados todos los dispositivos de riego, deberemos pensar en cuanto tiempo de riego debemos programar en cada linea o fase. Esto es quizás lo más complicado, podemos recurrir al anterior calculo de la evapotranspiración pero tampoco es fácil saber cuantos litros por minuto suministran los difusores.
Lo más recomendable es establecer un programa de riegos de varios minutos por cada línea de difusores que tengamos y una vez que va a comenzar a regar nos dirijimos al contador de agua situado en la arqueta exterior y con un cronómetro vamos a ir calculando el caudal de cada fase, recordando que el caudal son los litros por minuto. Dependiendo del número y tipo de difusores que tengamos en cada linea de riego podemos tener distintas demandas de caudal en cada línea.
Teniendo en cuenta el caudal que suministra cada  línea y los metros cuadrados sobre los que actúa y bajo la premisa del cálculo anterior de que necesitamos 6 litros por cada metro cuadrado de césped, podemos calcular los minutos que debemos programar en cada fase de riego.Es un cálculo tremendamente sencillo.

Ejemplo:
Supongamos que tenemos una línea de riego con varios difusores (no importa el número) que riega un área de 35 m2 de césped. Y mientras está regando comprobamos que en el contador el caudal es aproximadamente de 30 litros por minuto.
Las necesidades de agua de esos 35 m2 ya sabemos que son 35m2 x 6 l/m2 =210 litros.
Como el caudal que llega a la línea son 30 litros por minuto, nuestro tiempo de riego para esa fase es de 210 litros/ 30 litros/minuto= 7 minutos. 
Para esa fase en concreto estableceremos un tiempo de riego de 7 minutos que podremos suministrar en un solo riego o dividirlo en dos riegos de 4+3 minutos cada uno (diurno y nocturno), haremos lo mismo para cada línea de riego que tengamos.

Si tenemos otras zonas con plantas de flor, líneas de seto, rocallas, árboles frutales o huerto multiplicamos los 6 litros por el coeficiente Kc.
Generalmente con 2 litros por día será suficiente por metro lineal de seto (leyland, macrocarpa, arizónica, hiedra, madreselva etc), para rocallas, frutales, bancales de flor, huerto con 3 litros por día puede ser más que suficiente.

Otro método un tanto chapucero pero muy sencillo y que puede funcionar aunque he de advertir que para llevarlo a cabo hay que estar presente durante una temporada en casa, se basa en programar un número de minutos que sin ser un gran exceso se da por hecho de que van a ser suficientes. Si el césped se mantiene en perfectas condiciones vas reduciendo los minutos paulativamente y observando, hasta llegar a un tiempo en el que puedes comenzar a sospechar que el césped está pasando sed, entonces aumentas hasta el tiempo anterior en el que la pradera respondía perfectamente. Por tanto se basa simplemente en la observación y poniendo atención es fácil descubrir ese punto donde el riego comienza a ser insuficiente.

Hay que tener en cuenta que si tenemos por ejemplo 4 fases (y algunos tenemos más) y reducimos un par de minutos el riego por cada fase por ser innecesario, serán 8 minutos de riego por día, eso son 4 horas de ahorro al mes, es decir, unos cuantos metros cúbicos de agua no derrochada.
Basta recordar que un exceso de riego no sólo es negativo desde el punto de vista económico, el encharcamiento acelera la formación de costra superficial y puede llegar a provocar la asfixia radicular.
Ahora deberemos finalizar nuestra estrategia de riego estableciendo de que manera aportamos esa cantidad de agua, es decir, el número de riegos. Yo soy partidario de dividirlo en dos riegos de igual tiempo, uno antes del amanecer y otro a la puesta de sol, aunque hay quien es partidario de dar un riego suave por la mañana para afrontar con cierta humedad las horas de sol y otro más prolongado por la tarde-noche para que recupere toda la perdida de humedad del día, además hay partidarios del riego único porque hay menores pérdidas por evapotranspiración.
El riego del amanecer generalmente es más efectivo que el de la tarde-noche porque hay menor temperatura y la probabilidad de viento es menor.
Todo esto siempre hablando de riegos de mantenimiento, para riegos de primer establecimiento del césped, es imprescindible para su buena germinación que el sustrato esté constantemente húmedo por lo que pueden darse de cinco riegos en adelante diarios, siempre cortos, puesto que si encharcamos las semillas flotarán y emigrarán hacia las zonas más bajas.
Por tanto para riegos de mantenimiento hay que regar en horas de sombra, nocturnas y/o diurnas evitando siempre regar a pleno sol ya que las gotas realizan un efecto lupa que queman la superficie foliar, aparte de que se acentúan las perdidas por evaporación.
En riegos de establecimiento, antes de la germinación hay que dar riegos cortos y frecuentes durante todo el día hasta el momento en que ya tengamos una buena superficie tupida pasando a la estrategia de mantenimiento.
Resumen de estrategias:

1. Colocación de cortavientos.
2. Elección de variedades menos exigentes.
3. Dejar propagarse gramas y tréboles.
4. Realizar escarifados (otoño y primavera) para romper la costra.
5. Realizar enmiendas orgánicas para mejorar la composición del suelo.
6. Regular ángulo y radio de alcance en los dispositivos de riego.
7. Calcular el tiempo necesario de riego lo mejor posible.
8. Elegir número de riegos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡¿¿¿Cuando cojones volveran a poner el agua ladrones de mierda???!!!.