28 de junio de 2009

Valdeprados: Un pueblo con encanto

Valdeprados

Este bonito pueblo se encuentra a escasos kilómetros de Zarzuela del Monte, basta coger la carretera N-110 dirección Segovia y a unos 5 kilómetros encontraremos el desvío a la derecha bien señalizado, tomamos esa carretera estrecha y en apenas un par de kilómetros entramos en la villa de Valdeprados, pequeña pero con mucho encanto.

Encontrar una explicación al nombre de la villa de Valdeprados no entraña ninguna dificultad, pues desde siempre al lugar se le denomina Val de Prados y es fácil entenderlo cuando se visita por primera vez.
La iglesia parroquial de Valdeprados se dedica a Santa Eulalia de Mérida, y es un edificio de estilo herreriano que se adorna con una esbelta torre campanario. En el interior de este templo destaca un retablo mayor realizado en 1791, en el que se mezclan los estilos barroco y neoclásico. A este se une otro retablo lateral dedicado a Santa Bárbara, también de la misma época y una pintura tardomanierista, que representa a la Virgen del Rosario con donantes, del llamado Maestro de Maello.

Enfrente de la iglesia parroquial, también podremos contemplar la casona y torre fuerte de los condes de Puñonrostro, señores que fueran de la villa en el siglo XVI, y que ha sido declarada Bien de Interés Cultural, aunque es de propiedad particular.
Por todo el pequeño y acogedor casco urbano del pueblo pueden contemplarse excelentes ejemplos de arquitectura tradicional segoviana.

Ya fuera del pueblo podemos disfrutar de extensos prados que en el mes de mayo lucen una gran variedad de flores que se entremezclan, dando lugar a una bella explosión cromática. Entre las hierbas será fácil avistar cigüenas y otras aves zancudas como garzas.

Tomando la primera calle a la derecha, según pasamos la iglesia, llegaremos al camino conocido como "camino de la risca", está bien señalizado y por lo tanto no tiene pérdida.
Llegaremos a un puente, conocido como de Los Enamorados, construido en piedra y madera, que salva el cauce del río Moros.
Desde el puente podremos acceder ascendiendo por un camino al cañón de la risca, que es un desfiladero calizo en el que transcurre encajado el río Moros y en el que se han ido horadando grandes oquedades y cuevas. El sitio goza de un gran interés geológico y actualmente se encuentra en peligro por el anteproyecto de una presa, que está provocando las protestas y movilizaciones de vecinos y de asociaciones ecologistas para proteger este lugar tan especial.

Al término de Valdeprados también pertenece el lugar de Guijasalbas, cuyo nombre hace referencia a una pequeña iglesia 'blanca', posiblemente por estar edificada con piedra caliza o revocada con cal. Su iglesia se dedicaba a san Martín, aunque hoy ya es una ruina. El pueblo ya se encuentra abandonado.

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