24 de julio de 2009

Conjunto arqueológico del Zancao

Introducción

hornos caleros,zancao, hornos de calEl ayuntamiento de Vegas de Matute en colaboración con la asociación Segovia Sur ha rehabilitado un conjunto arqueológico de antiguos hornos caleros en el barrio del Zancao al sur de la localidad.
En concreto se trata de dos hornos dobles y tres sencillos que hacen un total de siete hornos; se han rehabilitado completamente dos hornos (1 y 3 del plano adjunto), y en el resto se han realizado labores de limpieza, desescombro y reconstrucción parcial para evitar la ruina inminente a la que estaban avocados.
Se han colocado numerosos paneles descriptivos para que el visitante tenga suficiente información sobre las particularidades de este complejo histórico, por lo tanto recomendamos una visita tranquila y pausada para que sea lo más provechosa, el lugar lo merece.

No es el único conjunto de hornos, ya que hay numerosos hornos dispersos por la zona, pero son éste conjunto del Zancao junto con el de la Lobera los más importantes, aunque el del Zancao es el único que se ha rehabilitado como centro de interpretación.

Además de los hornos el complejo cuenta también con un acueducto no menos interesante, que salva el arroyo del Zancao y que antaño transportaba el agua desde la zona de los Calocos al barrio del Zancao y abastecía a las tres fuentes públicas de Vegas de Matute.

Llegar hasta el centro de interpretación es bien sencillo, basta seguir las señales indicativas de color naranja que comienzan en la propia travesía principal de Vegas, justo enfrente de la calle que lleva a la plaza Mayor y Ayuntamiento. La entrada es completamente libre y gratuita, solo hay que abrir la cancela de acceso.

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Importancia histórica de los hornos caleros


Durante 400 años, de forma ininterrumpida, los hornos de Vegas de Matute produjeron cal. Esta longevidad los convierte en un bien patrimonial único en España.
Su uso principal era la construcción, bien ligada con arena en forma de mortero para sujetar las piedras o bien en forma de enlucidos para proteger las fachadas de los edificios.
Precisamente, desde el inicio de este gran complejo, en 1562, se tiene constancia documentada del funcionamiento de estas fábricas de arquitectura industrial.

Los caleros de Vegas de Matute ya produjeron cal para la construcción del Monasterio de El Escorial, casi toda la cal de la obra del monasterio se fabricó en los hornos de las localidades segovianas de Villacastín, Ituero y Vegas de Matute y en los hornos de Quijorna-Valdemorillo en Madrid.
En los años de mayor actividad se llegaron a entregar por orden de los responsables de tan importante edificio hasta 991 fanegas al año, que puede equivaler a unas 54 toneladas. "Fue este importante dato documental el que demostró que al menos desde el siglo XVI existían en Vegas de Matute numerosos hornos de cal, capaces de abastecer junto a aquellos pueblos cercanos las necesidades de mortero de la obra escurialense", indican los arqueólogos industriales José Miguel Muñoz Jiménez y Pablo Schnell Quiertant, que recientemente han publicado un libro muy interesante sobre los hornos de cal de Vegas y el conjunto del Zancao en particular, titulado: Hornos de Cal en Vegas de Matute, cuya lectura es imprescindible para conocer a fondo las particularidades de este oficio ya extinguido y de estas construcciones que son ya un patrimonio histórico.

La presencia de los hornos en Vegas y en sus alrededores responde a la abundancia de yacimientos de carbonato cálcico, en la línea de contacto de la submeseta norte con el Sistema Central.

A mediados de los años 40 del pasado siglo XX, los hornos cayeron gradualmente en desuso quedando núcleos residuales hasta finales de siglo. En el caso concreto de Las Vegas produjeron cal de manera tradicional hasta los años 50, su final irreversible fue la construcción de la macrourbanización de Los Ángeles de San Rafael, con su oferta de trabajo incomparable con las labores económicas inconstantes tradicionales.
Los caleros de este pueblo debían de arrancar la piedra caliza de las canteras cercanas al municipio y transportarla hasta los hornos. Además, tenían que recoger la leña desde el Puerto del León, porque la madera de calidad se utilizaba para otros usos, y construir el horno, en el que tenían que levantar una falsa bóveda para que no se hundiese y luego mantener el fuego tres días ardiendo.
Al acabar este farragoso, complicado y duro proceso, debían de recoger toda la cal y comercializarla. Mucho trabajo y complicaciones para competir con el sencillo y seguro trabajo de un sector en auge como el de la construcción.

Hasta ese momento, en este pequeño pueblo de la sierra segoviana buena parte de sus habitantes mantuvieron sus caleras, a pleno funcionamiento. Todo acabó cuando la generalización del uso del cemento Portland desplazó a este material de construcción por su mayor facilidad de uso, ya que además de no tener que realizar el engorroso y peligroso apagado, su proceso de fraguado es más rápido.
Muchas veces no era un oficio de tiempo total, se utilizaba cuando el campo estaba descansando y se aprovechaba como un complemento económico a los beneficios no siempre suficientes que aportaba la agricultura.

últimos caleros,historia de los caleros

En la foto, tomada en los años 50 del pasado siglo, se pueden ver a los últimos caleros de Vegas de Matute, de izquierda a derecha: Ambrosio Sánchez, Cele Pérez, Leocricio de Diego y Enrique Cubo.

Más información sobre los hornos de cal del Zancao y otros conjuntos de hornos de Vegas de Matute en el siguiente enlace:
http://hornosdevegasdematute.110mb.com/index.htm

17 de julio de 2009

Bosque de Valsaín.

Un bosque protegido


El bosque de Valsaín es quizás el más hermoso y mejor cuidado de los bosques del Sistema Central, administrado hoy por el Ministerio de Medio Ambiente, antes por el Icona y durante siglos por la Casa Real. Históricamente los gestores de Valsaín han sido extraordinariamente cuidadosos, gracias a lo cual este bosque ha conservado un alto grado de naturalidad; de hecho, una parte de él, el Pinar de la Acebeda, fue uno de los primeros espacios protegidos en España, al ser declarado, allá por los años veinte del pasado siglo, sitio natural de interés nacional.
Pero ello no significa que Valsaín esté libre de toda impronta humana: como en muchas otras partes de estas montañas, el pinar de pino silvestre o albar (Pinus silvestris) ha visto extendidos sus dominios sobre el robledal de melojo (Quercus pyrenaica), aunque Las Matas de Valsaín, como llaman aquí al melojar, cubren todavía una buena extensión. La jara (Cistus laurifolius), acompañante del roble, pero que no desaparece tras su ausencia y permanece en compañía de los pinos en los terrenos conquistados por éstos, nos indica la antigua extensión de los melojares, que ascendían aproximadamente hasta los 1600 metros de altitud.

bosque de valsaín,pinar de valsaín,valsaín
La presencia de un aserradero, instalado a finales del siglo XIX, aunque hoy renovado y reubicado, deja bien claro que el pinar es objeto de explotación. Para facilitar ésta, el monte se encuentra dividido en una serie de zonas en donde los árboles son relativamente coetáneos. Cada una de ellas se explota por turno a medida que los pinos alcanzan el tamaño preestablecido, aunque manteniendo siempre un número suficiente para no dejar el suelo desnudo y garantizar la presencia del bosque.

Diversidad faunística e historia


La riqueza faunística de Valsaín es fácilmente apreciable con tan solo dar un corto paseo por sus caminos y sendas: desde el pequeño chochín que emite su canto, oculto entre las zarzas, hasta los silenciosos y majestuosos buitres negros cuyos nidos coronan los más altos pinos.
Algunas especies, como el pinzón, los carboneros, agateadores, trepadores, verdecillos y muchos otros pequeños pájaros son muy abundantes y fáciles de observar; otras, como los picos picapinos durante el día o el cárabo en las horas nocturnas, serán más frecuentemente oídas que vistas; y unas pocas, como las rapaces que anidan en la espesura forestal y, en particular, las grandes águilas, solo muy de tarde en tarde se mostrarán fugazmente ante nuestros ojos.

No será difícil observar alguna ardilla trepando por los pinos o correteando entre éstos e incluso podremos tener la suerte de sorprender la carrera de un corzo que huye ante nuestra cercanía, aunque quizás su movimiento brusco entre la vegetación en su huida genere más sorpresa en nosotros que nuestra presencia en el propio animal. Más difícil será observar algún jabalí ya que estos pasan inadvertidos en la espesura del sotobosque, y seremos muy afortunados si conseguimos deleitarnos con los baños alegres y juguetones de las escasas nutrias que pueblan los arroyos de la zona.

Fue el naturalista y ornitólogo José María Castellarnau el pionero en el estudio del bosque de Valsaín, allá por el año 1877 mediante una monografía titulada: Estudio Ornitológico del Real Sitio de San Ildefonso y sus alrededores.
No fueron sólo científicos como Castellarnau quienes encontraron en Valsaín inspiración para su trabajo; también el Nobel de literatura Ernest Hemingway eligió este bosque como escenario para su novela Por quién doblan las campanas, Para quién haya leído la obra y recorra estos parajes, no resultará difícil reconocer en el puente de La Cantina, en las Siete Revueltas o en los altos de La Camorca algunos de los lugares en los que se desarrolla la acción, aunque en ningún momento se citen por su nombre.

Itinerarios


Los mejores itinerarios para recorrer el bosque son los peatonales, que cada cual puede organizar a su gusto aprovechando las pistas forestales que lo recorren, las cuales están cerradas al tráfico rodado. Los tres más clásicos son el Camino de Schmidt, la antigua cañada real y calzada romana, y el sendero de gran recorrido GR.10.1.

El Camino de Schmidt se inicia en el puerto de Navacerrada hasta el valle de la Fuenfría, la cañada real cruza por el puerto de la Fuenfría; y el GR.10.1 parte del mismo puerto de la Fuenfría hasta el puerto de Cotos.
Desde el puerto de Navacerrada, en la carretera de Villalba a Segovia, se contempla buena parte del bosque, con las laderas de Peñalara, de la Loma del Noruego y de las Guarramillas o Bola del Mundo, cerrando el alto valle del Eresma, con la llanura castellana como telón de fondo. Del mismo puerto sale un ramal señalizado hacia la pista de esquí del Escaparate, en cuya base una señal indica el comienzo del Camino Schmidt. Marcada con círculos amarillos sobre los troncos de los árboles, la senda lleva, en unas dos horas aproximadamente, según el ritmo de la marcha, hasta el valle de la Fuenfría, atravesando primero los pinares y praderas de la vertiente norte de los Siete Picos, para luego pasar a la sur por el Collado Ventoso.


El sendero de gran recorido GR.10.1 penetra en el valle de Valsaín por el puerto de Cotos. Desde sus 1.830 metros de altitud, desciende 500 hasta desembocar en el kilómetro 131,1 de la carretera 601 Villalba-Segovia. La sigue unos 500 metros, y luego, frente a la venta de los Mosquitos, muy poco por encima del puente de la Cantina, continúa hacia poniente por una pista asfaltada. Por ella discurre suavemente durante tres kilómetros, para después ascender más rápidamente hasta los 1.796 metros del puerto de la Fuenfría. Señalizados con rojo y blanco, los aproximadamente once kilómetros del trazado del GR.10.1 coinciden en gran parte con pistas forestales, por lo que su recorrido no ofrece ninguna dificultad.

Antes de que se abriera la actual carretera Villalba-Segovia por el puerto de Navacerrada, el paso de la sierra de Guadarrama se efectuaba por el puerto de la Fuenfría. Por él discurre una cañada real de ganado trashumante, y hasta él asciende desde Cercedilla una carretera, que luego si convierte en pista forestal cerrada al tráfico. Su trazado sigue de cerca el de la vieja calzada romana que iba desde Titulcia, cerca de Aranjuez, hasta Segovia y Valladolid, cuyos restos se conservan cuidadosamente. Una vez en lo alto del puerto, la pista se adentra en Valsaín por la cuenca de la Acebeda, para, siempre cuesta abajo, terminar en el pueblo que da nombre al bosque.
Desde el puerto de Navacerrada desciende la carretera por la empinada ladera de las Siete Revueltas, salva luego el Eresma por el puente de la Cantina y atraviesa después el pinar del fondo del valle –en el que hay dos zonas de aparcamiento en La Boca del Asno y Los Asientos-, para continuar entre robles hasta el pueblo de la Pradera de Navalhorno. Un poco antes de las primeras casas, y señalizado a la derecha, se encuentra el CENEAM, un centro de educación ambiental con una exposición sobre el bosque, que puede ser visitado por el público general los sábados de 10 a 13 y de 16 a 17 horas.
También desde el puerto de Navacerrada sale la carretera hacia Lozoya, que hasta el puerto de Cotos tiene un trazado prácticamente horizontal que discurre por las partes más altas del valle del Eresma, y a la que sigue en paralelo el pequeño ferrocarril de montaña que va de Cercedilla a Cotos.

13 de julio de 2009

Peligro radares!!

La siguiente información creo que será útil para todos los vecinos de la urbanización, aunque imagino que alguno ya se habrá percatado de este asunto.
La guardia civil de San Rafael tiene la costumbre de colocar radares móviles en lugares estratégicos para cazar a conductores incautos; respeto y estoy de acuerdo en la utilización de estos dispositivos, pero creo que en la comandancia de San Rafael se están utilizando de forma inadecuada y tramposa porque buscan más el despiste o relajación del conductor que la comisión de una infracción peligrosa para el tráfico.
No está de más advertir también de estas incidencias a familiares y amigos que nos vienen a visitar porque no es plato de buen gusto que teniendo la deferencia de venir a nuestra casa a disfrutar de un día agradable, se lleven una multa de recuerdo. Yo particularmente lo hago con mis visitas advirtiéndoles que estén ojo avizor en la travesía de San Rafael, además de informarles del rádar fijo que ya conocemos todos que está en Navas de San Antonio una vez que superamos la subida de la gasolinera de la BP.

Los lugares donde tengo constatada la localización de los dispositivos con más frecuencia son tres:

1º. N-VI. Sentido A Coruña. Salida de San Rafael, (km. 63) justo antes del cruce con la calle La Tejera, son unos 200 metros donde la limitación es todavía de casco urbano (50 km/h) y es fácil rebasarla puesto que ya no hay tráfico y salimos de la población más deprisa porque desaparecen los semáforos reguladores de 50 km/h que hay en toda la travesía de San Rafael y sin querer pisamos algo el acelerador; además tan solo 200 metros más adelante ya se puede circular a 70 km/h. Suelen poner un coche con rádar.
Este rádar no afecta si se viene por el peaje puesto que salimos directamente al STOP de la calle La Tejera.

2º. N-VI. Sentido A Coruña. Polígono de San Rafael (Porcelanosa), (km. 65) bajando hacia el cruce de El Espinar; ojo que aunque estamos en carretera nacional, la limitación en este tramo es de 70 km/h y al ser bajada simplemente por la inercia rebasaremos esa velocidad sin dificultad. Suelen poner un trípode en la cuneta 100 metros antes del mencionado cruce-raqueta de El Espinar.

3º. N-VI. Sentido Madrid. Subiendo el puerto de Los Leones, nada más abandonar San Rafael y una vez que rebasamos la fuente llamada La Fuentecilla donde la limitación es de 90 km/h, después de la primera gran curva a la derecha hay una señal de limitación a 60 km/h. Aprovechan para poner un coche con trípode en la cuneta o coche con rádar justo detrás de la señal de 60 para cazar a los despistados o a los que suben ligeros el puerto. A veces ponen el rádar un par de kilómetros más arriba, por lo que hay que ir atentos a la cuneta.

Según mi experiencia la colocación de los dispositivos en estos lugares coincide casi siempre con días laborables y en particular por la tarde; no se si habrá sido casualidad pero me los he encontrado con más frecuencia los jueves entre las 16:00 y las 19:00 horas.

Repito que son colocados de forma muy estratégica, por no decir muy puñetera, aprovechando cambios de limitación de velocidad en las señales o zonas donde un pequeño despiste o la inercia en una bajada te hacen incumplir tales limitaciones.
Parecen tener más un objetivo recaudatorio que preventivo de accidentes.

Precaución y mucha atención porque incluso conociendo estos puntos calientes, si vas hablando con tu acompañante, o escuchando la radio, o te despistas por cualquier otra causa, y a mi me ha pasado, te encuentras que has pasado por esos puntos a más velocidad de la permitida y ya te quedas un tanto mosqueado por si te han cazado.

10 de julio de 2009

Punto limpio, por favor.

Este punto limpio ha sido clausurado en abril de 2.012.
A partir de esta fecha habrá que utilizar el servicio de recogida con el siguiente calendario o dirigirse a otros puntos de recogida selectiva de la comarca.

Resulta bastante incómodo y desagradable cada vez que uno tiene que depositar la basura en los contenedores de la urbanización.

El motivo es, y salta a la vista, que estos contenedores están llenos, y en muchos casos por culpa de residuos que no debieran estar allí alojados: restos de jardín, cascotes de obra, muebles, enseres, cajas de cartón voluminosas e incluso colchones.

Para aquéllos que no lo sepan, existe un punto limpio o vertedero donde depositar estos residuos a un kilómetro escaso de nuestra urbanización y que tomarse la molestia de llevarlos hasta allí no les llevará más de cinco minutos y redundará en beneficio de la comunidad, en la buena estética de la urbanización y por supuesto en el medio ambiente.

A aquéllos que conocen la existencia de este punto limpio y continúan dejando esos residuos en los contenedores de la urbanización y aledaños, poco hay que decirles, la capacidad para educar a alguien tiene un límite de edad que una vez rebasada pierde toda eficacia.

En cualquier caso no entiendo como alguien puede pensar que dejando un colchón o unas estanterías al lado de un cubo de basura, se lo van a recoger, no llego a entender esa extraña asociación que hacen determinadas personas entre un cubo de basura y un mueble o un saco de césped, y, realmente se están tomando una molestia innecesaria porque según su propia forma de pensar podrían dejar todos sus trastos al lado de la papelera más cercana, también en ellas se deposita basura ¿no?
Supongo que si a esas personas se les estropea ese coche viejo que ya apenas utilizan, no lo llevarán a un desguace, si teniendo un contenedor cerca lo pueden aparcar delante y ya el camión de la basura, que supongo que es un vehículo milagroso, se lo llevará.

Entiendo que hay gente que esté exigiendo la instalación de más cubos de basura, y creo que recientemente se han instalado otros dos, más el específico de vidrio, entiendo también que se quiera pedir una mayor periodicidad en la retirada de la basura, pero soy de la opinión de que antes que exigir hay que cumplir, y si unos cuantos están haciendo un uso inadecuado de los contenedores no sabremos cual es la demanda real de contenedores de la urbanización y aunque creo que no sobran cubos, quizás más cubos en un futuro sirvan para que determinadas personas sigan realizando un mal uso de ellos, porque claro si hay hueco para dejar mis trastos, pues para que me voy a ir hasta el punto limpio.

También hay gente que se ha quejado porque ha visto como desde los coches se lanzaba la basura sin tan siquiera bajarse, y sinceramente me lo creo. Pues todas esas bolsas con basura doméstica que no se “encestan”, más las que no caben por estar ocupadas por residuos prohibidos y caen al suelo, son abiertas y degustadas placenteramente por perros de la zona, de ahí la cantidad de bolsas de plástico y demás porquería que hay desperdigada por toda la zona, haciendo de la entrada de nuestra urbanización un lugar encantador.
No quiero apelar ni al civismo, ni a las reglas de urbanidad, creo que es algo tan simple como el sentido común.

La pasada semana algunos vecinos se han tomado la molestia, y ya van unas cuantas veces, de limpiar la zona y la han dejado impoluta. En primer lugar agradecer enormemente ese trabajo y en segundo hacer un llamamiento para que continúe todo limpio.

Para llegar al punto limpio:
Bajar hasta el cruce del pueblo, tomar la N-110 dirección Villacastín, y tras 400 metros sale un camino a la derecha justo donde se encuentra un gran cartel que indica Villacastín-Ávila. Por ese camino, recto sin desviarnos a unos 900 metros veremos el punto limpio a la izquierda abajo en una vaguada.
También se puede ir por el camino que sale a la entrada de la urbanización hacia la N-110, ya que este camino desemboca en la carretera prácticamente enfrente del camino (a unos 100 metros) que va hacia el punto limpio.
La solución es sencilla, basta con una pequeña dosis de voluntad.